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Según
la Organización Mundial de la Salud –OMS- 1.999 señala que: “La contaminación
auditiva o sónica causa daños al sistema nervioso”. El ruido causa deterioro auditivo y trauma acústico
–daños irreversibles. Con ruido el
cuerpo no descansa, ni recupera la totalidad de la energía que requiere para
funcionar, se puede causar cardiopatía y desarrollar efectos como la hipertensión.
El
ruido hace daños en la primera infancia, reduciendo la capacidad de atención,
concentración y motivación. Y, lo más
grave, predispone a los niños y niñas a la agresión y la violencia.
POR EL INTERÉS
SUPERIOR DEL NIÑO: Todas las medidas respecto del niño deben estar basadas en
la consideración del interés superior del mismo. Corresponde al Estado asegurar
una adecuada protección y cuidado, cuando los padres y madres, u otras personas
responsables, no tienen capacidad para hacerlo. (CIDN, Parte I., 1989).
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